jueves, 28 de noviembre de 2013

ESTRATEGIAS RELACIONADAS CON LA FAMILIA




 
Docentes y familia han de tomar la misma actitud positiva. Para ambas partes es necesario que tengan el pensamiento de que el alumno padece un trastorno, lo que se traducirá en un sentimiento de ayuda hacia el niño.
Se deben mantener con el tutor citas regulares (cada 2 o 3 semanas). No pasar de tres semanas, sobre todo al principio del curso. Acordar un seguimiento con el resto de profesores para ver cómo va evolucionando en las diferentes asignaturas.
Planear conjuntamente unos objetivos realistas tanto para padres como para profesores para llevar a cabo entre cada cita. Han de ser pocos pero alcanzables y éstos se irán aumentando según se vayan cumpliendo. Centrarse en las soluciones y no en los problemas. Si no se cumpliera alguno de los objetivos analizar el  porqué e intentarlo hasta la siguiente cita.
Informar a los padres de todos los aspectos, positivos y negativos, sobre los avances en el rendimiento académico, la conducta del niño, su estado emocional y las relaciones con sus compañeros y profesores. Hacer un seguimiento de los objetivos que funcionan y aquellos que no y trasmitírselos a los padres.
No dudar en el diagnóstico: asumir que las características que demuestra el niño son debidas al trastorno y no a la mala educación que haya recibido de sus padres.

Uso imprescindible de la agenda. Algunas de las dificultades más relevantes del alumno con TDAH son las de organización y planificación de sus deberes, tareas, estudio, etc., por lo tanto, se recomienda:
Sensibilizar sobre la importancia de que la comunicación entre el centro y la familia, a través de la agenda, contenga información de aspectos tanto positivos como negativos del alumno; así como cuidar la forma en que se transmite.
Considerar que el manejo de la agenda es una de sus dificultades más significativas.
Para asegurarse que el alumno ha recibido las instrucciones de las tareas previstas se recomienda explicar las tareas para realizar en casa y apuntarlas en la pizarra. Se puede reservar un espacio del aula para anotar toda la información relativa a la agenda.
Dedicar un tiempo para que el alumno apunte las tareas en la agenda.
Además, es esencial que el alumno y los padres tengan acceso a las fechas de exámenes con suficiente antelación, el contenido que abarcará, las fechas previstas para la entrega de trabajos y lo que deberán contener, así como los libros que deben leer y las fechas límite de entrega para planificar los tiempos de estudio y trabajo y la supervisión necesaria.
Asegurarse que llevan el material necesario a casa para realizar las tareas.

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